¿Flores comestibles? ¿Cómo puede ser? Pues sí. Las flores también guardan propiedades nutricionales muy importantes, pues además de su gran contenido de agua (apenas aportan calorías a nuestra dieta), también representan una fuente muy provechosa de oligoelementos y vitaminas. ¿Imaginas poder combinar la frescura y la vistosidad de las flores en tus platos habituales? Aquí te van algunos ejemplos muy interesantes.
La capuchina
Conocida además como taco de reina o espuela de galán, la capuchina es una flor que crece de manera natural en el continente americano y también en España. Al poseer una concentración destacada de licopeno, estas flores son capaces de combatir el cáncer de próstata y el de colon, además de que poseen propiedades antienvejecimiento. Al mismo tiempo, la capuchina contiene luteína, muy asociada a la prevención de enfermedades oculares como las cataratas.
Las rosas
Es protagonista de numerosas leyendas y canciones, y representa el símbolo definitivo del amor. Sin embargo, las rosas también pueden formar parte de nuestras elaboraciones culinarias, utilizadas como infusión, o como agregado de numerosas ensaladas y guisos. Desde el punto de vista nutritivo, estas flores poseen propiedades diuréticas muy beneficiosas, además de que funcionan como potentes analgésicos y contienen vitaminas y antioxidantes.
La manzanilla
La flor de manzanilla posee ácidos grasos, vitamina C, flavonoides, aceites esenciales, betacarotenos y mucílagos. En otras palabras, un ingrediente muy nutritivo para nuestras comidas. ¿Cómo usarla? Pues a través de postres, infusiones, ensaladas, vinagretas y aceites. Además, gracias a sus colores tan vistosos, estas flores se volverán sin duda todo un lujo dentro de nuestras elaboraciones. Es también una flor recomendable para una dieta para la gastroenteritis.
La flor de calabaza
Puede ser vista como parte de numerosas ensaladas y quesadillas, aunque también podemos consumirla exclusivamente, en forma cruda, cocinada o al vapor. Gracias al consumo de la flor de calabaza, nuestro organismo gozará de un adecuado suministro de fósforo, magnesio, calcio, vitamina A y C, y ácido fólico. En otras palabras, un alimento muy nutritivo y delicioso con el que podremos evitar no pocas enfermedades y padecimientos comunes.
El girasol
Gracias a su contenido de fibra, la flor de girasol nos permite contar con una digestión adecuada y nos evita padecer de estreñimiento. Además, el potasio, el magnesio, el hierro, el zinc y el fósforo contenidos en esta flor, nos ayudan a depurar el organismo, favorecer el desarrollo de los músculos, la absorción de nutrientes, la prevención de anemia, la cicatrización de los tejidos, así como prevenir el estrés, las enfermedades coronarias, y contar con mayor energía a lo largo del día.
La flor de Jamaica
Tras un consumo regular de flor de Jamaica, se esconden propiedades diuréticas, antiparasitarias y antihipertensivas muy interesantes. Además, elaborada en forma de mermeladas, ensaladas, extractos y quesadillas, este alimento natural también favorece nuestro sistema inmune, posee un efecto refrescante muy provechoso, es capaz de depurar nuestra sangre, y hasta se ha llegado a comprobar que nos puede ayudar a perder peso. Más info aquí.
La caléndula
El intenso color de la flor de caléndula hace que sea un elemento definitivo como parte de la decoración de tortillas, ensaladas y carnes. Los flavonoides contenidos en la flor son un factor muy importante para quienes desean mejorar su sistema circulatorio, o incluso para aquellas personas que padezcan escenarios de eczemas e irritaciones. Al mismo tiempo, la flor de caléndula es muy útil para la regulación del ciclo menstrual y como cicatrizante de heridas.